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Actualizado: 4 de diciembre de 2025
En el dinámico mundo de las finanzas personales, especialmente en una economía como la mexicana, es fácil perderse entre términos y porcentajes. Escuchamos hablar de tasas de interés, rendimientos de inversión y ganancias, pero ¿realmente sabemos cuánto dinero estamos ganando o perdiendo? La clave para entender esto reside en un concepto fundamental: la tasa de rendimiento real.
Para muchos inversionistas en México, el enfoque suele estar en la tasa de rendimiento nominal, es decir, el porcentaje de ganancia que un banco o una AFORE promete. Sin embargo, esta cifra no cuenta la historia completa. Ignorar el impacto de la inflación es como intentar llenar un balde con un agujero: por mucho que viertas, una parte se está escapando constantemente. En este artículo, desglosaremos qué es la tasa de rendimiento real, por qué es crucial para tus decisiones financieras en México y cómo puedes usarla a tu favor para proteger y hacer crecer tu patrimonio.
La tasa de rendimiento nominal es la cifra más sencilla de entender. Es el porcentaje de ganancia que un producto financiero te ofrece antes de considerar cualquier otro factor. Por ejemplo, si inviertes $10,000 MXN en un instrumento que te promete un 10% anual, tu rendimiento nominal es de $1,000 MXN. Es la tasa que ves anunciada en los bancos, en los folletos de inversión o en los estados de cuenta de tu AFORE. Es un punto de partida, pero no el destino final de tu análisis.
Antes de llegar al rendimiento real, debemos hablar de la inflación. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) mide la inflación mes a mes, y el Banco de México (Banxico) tiene como objetivo mantenerla en niveles estables para proteger el poder adquisitivo de las familias. La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía. Esto significa que, con el tiempo, la misma cantidad de dinero te permite comprar menos cosas. Un kilo de tortillas o un litro de gasolina que hoy cuesta 'X' pesos, el próximo año podría costar 'X + Y' pesos.
La inflación es el principal enemigo de tus ahorros si no los inviertes adecuadamente. Si tienes tu dinero guardado bajo el colchón o en una cuenta bancaria que no genera intereses, la inflación está constantemente erosionando su valor. Lo que hoy te alcanza para comprar una despensa completa, en unos años podría solo alcanzar para la mitad, incluso si la cantidad de pesos en tu bolsillo es la misma.
Aquí es donde la magia (o la cruda realidad) ocurre. La tasa de rendimiento real es la ganancia efectiva que obtienes de tu inversión después de descontar el efecto de la inflación. Es la medida que te dice si tu poder adquisitivo está realmente creciendo o si, a pesar de ver más pesos en tu cuenta, en realidad estás perdiendo terreno.
La fórmula para calcular la tasa de rendimiento real es relativamente sencilla:
Para ser más precisos, especialmente con tasas más altas, se utiliza una fórmula más compleja, pero para fines prácticos y educativos, la resta simple nos da una excelente aproximación.
Imaginemos que en 2024 invertiste $100,000 MXN en un instrumento financiero que te ofreció un rendimiento nominal del 8% anual. Al final del año, tendrías $108,000 MXN. ¡Excelente, ¿verdad?!
Pero ahora consideremos la inflación. Supongamos que la inflación anual en México durante ese mismo periodo fue del 5%. Aquí es donde el rendimiento real entra en juego:
Esto significa que, aunque tu dinero creció un 8% en pesos, tu poder adquisitivo real solo aumentó un 3%. Los $108,000 MXN que tienes al final del año, en términos de lo que puedes comprar, equivalen a $103,000 MXN del año anterior. Si la inflación hubiera sido del 8%, tu rendimiento real sería 0%, lo que significa que tu dinero mantuvo su valor, pero no creció. Y si la inflación fuera del 10%, tu rendimiento real sería del -2%, ¡lo que significa que perdiste poder adquisitivo!
*Valores de ejemplo para ilustrar el concepto.
Este es el objetivo primordial. En un país donde la inflación puede ser volátil, asegurar que tus inversiones superen este factor es vital. Si tus ahorros no rinden por encima de la inflación, estás perdiendo dinero en términos reales, incluso si el número en tu cuenta parece crecer.
Ya sea para tu retiro (AFORE), la compra de una casa, la educación de tus hijos o cualquier otra meta a largo plazo, necesitas que tu dinero crezca de verdad. Si tu rendimiento real es bajo o negativo, tus metas se alejarán cada vez más. Evaluar el rendimiento real te permite ajustar tus estrategias y asegurar que estás en el camino correcto.
Comparar dos inversiones solo por su tasa nominal es un error. Una inversión con un 7% nominal cuando la inflación es del 3% (rendimiento real del 4%) es mucho mejor que una inversión con un 9% nominal cuando la inflación es del 7% (rendimiento real del 2%). La tasa real es el verdadero indicador del desempeño de una inversión.
En el caso de las AFOREs, donde el horizonte de inversión es de décadas, la tasa de rendimiento real es el factor más importante. Un pequeño porcentaje de diferencia en el rendimiento real anual puede significar cientos de miles de pesos (o incluso millones) menos en tu pensión al momento de retirarte. Es fundamental que revises el rendimiento neto (que ya considera comisiones) de tu AFORE y lo compares con la inflación para entender si tu dinero está creciendo de verdad.
Busca opciones que históricamente o por diseño ofrezcan rendimientos por encima de la inflación. En México, los UDIBONOS o las inversiones ligadas a las UDIS (Unidades de Inversión) son excelentes ejemplos, ya que su valor se ajusta con la inflación. También, las inversiones en renta variable (bolsa de valores) o bienes raíces suelen tener el potencial de superar la inflación a largo plazo, aunque con mayor riesgo.
No pongas todos tus huevos en la misma canasta. Una cartera diversificada con diferentes tipos de activos (renta fija, renta variable, bienes raíces, etc.) puede ayudarte a mitigar riesgos y a encontrar oportunidades que generen rendimientos reales positivos, incluso en entornos inflacionarios.
Las comisiones de los fondos de inversión, AFOREs o plataformas de inversión también restan a tu rendimiento nominal, antes de considerar la inflación. Busca opciones con comisiones competitivas. Cada punto porcentual que ahorras en comisiones es un punto que se suma a tu rendimiento real.
Las ganancias de tus inversiones están sujetas a impuestos (ISR) por parte del SAT. Algunos instrumentos tienen tratamientos fiscales preferenciales (como las AFOREs o ciertos planes personales de retiro). Un rendimiento del 10% antes de impuestos y antes de inflación, podría ser mucho menor después de ambos. Infórmate sobre la carga fiscal de tus inversiones.
Sigue de cerca los reportes de inflación del INEGI y las perspectivas del Banco de México. Esto te ayudará a tomar decisiones más informadas sobre tus inversiones y a ajustar tu estrategia si las expectativas inflacionarias cambian drásticamente.
*Cálculo del poder adquisitivo de $100,000 MXN después de 10 años con diferentes tasas de inflación.
Entender y aplicar el concepto de la tasa de rendimiento real es un pilar fundamental para cualquier persona que aspire a una salud financiera sólida en México. No te dejes llevar solo por las cifras nominales; mira más allá y evalúa el verdadero crecimiento de tu patrimonio.
Al centrarte en el rendimiento real, tomas el control de tu futuro financiero, proteges tu poder adquisitivo y te aseguras de que tus esfuerzos de ahorro e inversión realmente te acerquen a tus metas. Es hora de dejar de ser un espectador y convertirte en un participante activo en la gestión de tu dinero, siempre con la inflación en mente.
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